Os presento al compositor Vladimir Kobekin
Hace un año recibí un regalo especial: una partitura para piano con dedicatoria del compositor contemporáneo ruso Vladímir Kobekin (Berezniki, 1947). La obra se titula Le bateau ivre (2019) y utiliza como inspiración el texto del poema de Arthur Rimbaud. Es la primera vez que se marcó una relación profesional de compositor/pianista entre nosotros. Jamás hasta entonces había interpretado la música de mi padre.
Vladímir nació en un pequeño pueblo siberiano, que hasta el fallecimiento de Stalin, se utilizaba para recluir presos políticos. Después de la muerte del dictador abrieron las puertas de las prisiones y soltaron a la gente a la calle, pero les prohibieron salir de la ciudad. Así que cada uno se buscó la vida como pudo. Una mujer de aspecto deteriorado por los muchos años del cruel y precario encarcelamiento, pico a la puerta de la casa de la familia Kobekin y pidió alojamiento a cambio de dar clases de música a los niños. Por su aspecto no se podría adivinar que era mujer de gran cultura y formación. Se quedó a vivir un tiempo largo en aquella casa, dando clases de piano a los tres hijos de la familia. Uno de ellos: Vladimir, encontró en la música la pasión de su vida.
Tiempo después, aquella señora se reencontró con sus hijos, que el régimen le arrebató y volvió a su Alemania natal. Durante el resto de su vida mantuvieron correspondencia y ella le enviaba partituras de grandes maestros con entrañables dedicatorias.
El joven músico siguió su formación, primero como pianista, en el Conservatorio Musorgsky de los Urales (ciudad Ekaterinburg) y luego como compositor en el Conservatorio Rimsky-Korsakov de Sant Petersburgo con el maestro Sergey Slonimsky.
Obras sinfónicas, piezas para piano solo, ciclos para voz y orquesta sinfónica, música coral, sonatas y obras para violín y para cello solo y mucho más: su música enseguida encontró su público.
Pero lo que siempre atrajo su interés fue la ópera. Ha escrito más de 20 títulos, la mayoría de ellos estrenadas en las salas de Mosca, Sant Petersburgo, Ekaterinburg, Perm y otras. Varias de las óperas de Kobekin tienen un importante reconocimiento, con premios del Estado y el prestigioso premio nacional de teatro musical “Máscara de oro”.
Soy compositor y mi biografía son mis obras. Si os interesa- podéis mirar la lista de obras operísticas y también de otros géneros- esto en resumen es mi vida (Kobekin, 2020)
Para entender la música contemporánea es necesaria una base educativa. Las palabras del crítico musical ruso A. Parin sobre la música de Kobekin: “Para que el público entienda su música tiene que querer, por lo menos, a la música de Prokofiev” . La comprensión de su obra es mucho más intensa y interesante si tenemos en cuenta el contexto cultural y histórico de la Rusia contemporánea. No podemos olvidar la exigente y profunda formación de los músicos profesionales de la época soviética, basada en el conocimiento y el detallado análisis de las obras de procedencia nacional. Los estudiantes dedicaban un tiempo importante durante su formación al estudio y recopilación de canciones y modos del canto popular, proveniente de los pueblos y de las tradiciones antiguas. Se buscó un