El legado de Orfeo
Una leyenda marcó el principio de la historia de todos los intérpretes.
La leyenda de Orfeo, un músico, que con su canto y su lira conmovía a los humanos, animales y a la propia naturaleza. Su capacidad de trasmitir sentimientos y ideas calmaba a los dioses y frenaba las desgracias y las guerras. A pesar de la exageración de la leyenda, todos sabemos que la música tiene un poder emocional sobre nosotros. Y a veces suceden momentos casi místicos durante las actuaciones, cuando la música nos dice más que las palabras y unas lágrimas o sensaciones como “la piel de gallina”, o de júbilo, cambian nuestro estado interior.

A partir de esta historia contada en la antigüedad, todos los músicos sueñan con crear una extraordinaria conexión emocional, si no con la naturaleza, por lo menos, con el público que los escucha. Algunos nunca llegan alcanzar este sueño, otros encuentran esta misteriosa conexión alguna vez en su vida y otros hacen de la búsqueda de este verdadero poder del arte su religión profesional.
El ser humano es profundamente emocional. Los recuerdos que guardamos, las experiencias que vivimos están llenos de nuestros sentimientos. Alegría, tristeza, esperanza, miedo, aburrimiento, amor, decepción...
Aunque la sociedad a veces teme la demostración directa de nuestras emociones y con el tiempo aprendemos a guardarlas o vivirlas con menos apariencia, toda la vida buscamos las oportunidades de dejarnos sentir de verdad. Y en este camino la música es el nuestro primer aliado.
Todos tenemos nuestras preferencias en los estilos musicales que escuchamos, entendemos y seguimos. Se crean diferencias en querer escuchar diversos tipos de música por el lugar de nacimiento, cultura, gustos de nuestros familiares o influencias de nuestros amigos. Pero la esencia está en la relación emocional que se crea entre lo que escuchamos y nuestras corazones. Muchos tenemos recuerdos relacionados con la música: mi obra favorita, “nuestra canción”, “lo que escuchábamos aquel verano”... Una melodía que escucho me puede transportar al pasado, traer un recuerdo de una persona o una situación. Otras veces será al revés, cuando un lugar traerá un recuerdo de un tema musical.
Parte del contenido musical inevitablemente se basa en las emociones y evolución de un pensamiento. Así que, cuando la música entra en la resonancia con el nuestro mundo interior, adquiere un poder emocional sobre nosotros.